Kiko, tu guía turístico

Kiko descubre cómo se hace el queso de Menorca

Hoy haremos una excursión por el campo. Menorca tiene muchos caminos rurales por donde pasear y el invierno es una buena época para hacerlo. El clima es suave, el sol no calienta tanto como en verano, algunos árboles frutales comienzan a florecer y las “vinagrelles” le dan un color especial.

He conseguido que Cuqui se levante temprano. Después de desayunar nos hemos preparado con calzado adecuado y una mochila con agua. Cuqui también lleva mandarinas y manzanas. Partimos desde el Hotel Royal Son Bou Family Club. Cerca de allí el Camí de Cavalls enlaza con senderos bordeados por pared seca.

¿Cómo se hace la pared seca?

Esta es una de las características del campo de Menorca. Todas las fincas están delimitadas por esta curiosa construcción. Son muros que se hacen encajando piedras sin usar nada para unirlas. Es como hacer un puzzle con piedras de diferentes tamaños.

Es una tradición de hace muchísimos años y no es fácil, hay expertos “paredadores” que se dedican a construirlos con las mismas técnicas de antaño. Y no sólo sirven para separar terrenos. Ya sabéis que en Menorca suele hacer mucho viento. El del norte, que llamamos de Tramontana, sopla fuerte y llega a quemar las plantas. La pared seca ayuda a proteger los cultivos.

Se estima que todas las paredes secas de la isla puestas en una línea medirían unos 70.000 km. ¿Hasta dónde llegaría?

Tortugas desde hace más de 2000 años

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Cuqui está emocionado. Acabamos de encontrar dos tortugas en el camino. No es extraño. Dicen que la tortuga mediterránea ya vivía en Menorca en la época talayótica. ¿Os acordáis del poblado de Trepucó? Así, debe de hacer más de 2000 años que las tortugas viven en la isla.

Aquí hay muchas. En cambio, en otros lugares del Mediterráneo están desapareciendo. Por esto, a veces se llevan grupos de tortugas a otras zonas, como Valencia, para que críen allí.

Charlando con las vacas

Aquí estamos, sentados en un pequeño muro, comiendo unas mandarinas y Cuqui empeñando en hablar con las vacas que tenemos alrededor. Ellas le miran en silencio sin dejar de mover la boca llena de hierbas. Una ha dicho “mu” y Cuqui ha salido corriendo asustado. Ja ja.

Son unos animales muy tranquilos. En Menorca hay una raza de vacas de color rojizo que dan muy buena leche. Con ella hacen el típico queso de la isla. ¡Está buenísimo!

¿Sabías que el queso se hace con cuajada?

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José se ocupa de las vacas, se ha acercado a nosotros y le hemos preguntado cómo hacen el queso. Nos ha invitado a verlo. Cuajan la leche y ponen trozos de la cuajada en unos paños de tela blanca y fina que anudan por arriba. Apretando con las manos les van sacando el agua y luego los ponen en una prensa para darles una forma cuadrada.

Nos ha enseñado una habitación llena de quesos que estaban madurando. Y nos ha contado que durante un tiempo van untando de aceite de oliva los bordes del queso para que se conserve mejor. ¡Y le ponen pimentón!, por eso la corteza es de color anaranjado.

José dice que hace más de 1000 años ya se hablaba de la calidad de los quesos de Menorca. Los comerciantes que venían a la isla lo compraban para llevárselo a sus países. ¡Y nos ha regalado un trozo que nos llevamos al hotel para compartirlo con nuestros amigos!

¿Qué son las “vinagrelles”?

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Casi ha pasado la mañana. Estábamos tan entretenidos que no nos hemos dado cuenta. Ya estamos de vuelta. Da gusto sentir el sol en la cara. Nos hemos quitado las chaquetas porque ahora hace calor.

Cuqui ha visto un erizo a un lado del camino. Quería cogerlo pero le he explicado que hay que dejar a los animales tranquilos. El campo es su casa y no tenemos que molestarlos. Además, si el erizo se enfada le pinchará con sus púas.

Yo prefiero mirar los colores del campo en invierno. Está todo lleno de puntitos amarillos. Son unas flores que aquí las llaman “vinagrelles”. ¿Sabías que son plantas invasoras?, proceden de Sudáfrica y parece que llegaron a Menorca hace más de 200 años. Dicen que los británicos fueron los que trajeron esta planta a la isla. También se llama “flor de avellana”.

No son buenas para los cultivos pero en invierno los caminos y los campos están llenos. Los colores verde y amarillo forman ya una estampa característica de la isla en esta época.

Ya hemos llegado al Hotel Royal Son Bou Family Club. Vamos a darnos una ducha y a comer. ¡Estamos hambrientos! Y luego prepararemos otra excursión. ¿Te apuntas?

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